sábado, 4 de junio de 2011

Los còmplices

Te decía en la carta...

que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
timbrado en el bolsillo,
y otras cosas más o menos serias
como dándote a entender
que desde antiguamente soy tu cómplice
cuando bajas a los arsenales de la noche
y pones toda tu alma y la respiración
perfectamente controlada,
por mantener en pie tus rebeliones
tus milicias secretas
a costa de ese tiempo perdido
en comerte las uñas, en mantener a raya
tus palpitaciones,
en golpearte el pecho por los malos sueños,
y no sé cuántas cosas más
que, francamente, te gastan la salud
cuando en el fondo, sabes que estoy contigo.
Aunque no te vea,
ni tome desayuno en tu mesa
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frío,
y eso no necesita escribirse.

Gonzalo Rojas
Poeta chileno nacido en Lebú, Arauco, en 1917.

2 comentarios:

@Igna-Nachodenoche dijo...

Ciertamente no necesitan escribirse esos amores correspondidos y controlados en la noche.

Bs.

Antonio Martín Bardán dijo...

Me encanta el poema de Rojas. Gracias por compartirlo, Amanecer.

Un abrazo.