sábado, 2 de abril de 2011

Vientre con mermelada de frambuesa


De tanto dormir entrelazados
hemos comenzado a hacernos un nudo
de la garganta al tobillo,
y pareces no darte cuenta,
aunque tu cabeza duerma junto a mis pies,
y tu mano y tu vientre confitado
a miles de años luz sobre las sàbanas.

De tanto dormir entrelazado
hemos comenzado a confundir
de quièn es ese brazo y esta pierna.
Y entre roce y roce,
nos pasamos la noche
desatando nudos.

Natalia Menèndez
Escritora española, nacida en Avilès Arturias, en 1973.


La imagen es del blog de Moony.
( Espero no te moleste, el haberla tomado sin tu consentimiento. )

7 comentarios:

Moony-A media luz dijo...

¿Cómo va a molestarme, tontina? :D me encantaaaaaaaaaaaaaaaa y el poema, que no conocía, le va como anillo al dedo.

Eres maravillosa.

Un beso grandeeeee.

Ana A. dijo...

Hay nudos que atan a la felicidad!!! :D


Besos linda


pd. una asturianaaaa ... jejejeje

Miguel Ángel Cañada dijo...

Qué maravilloso desatar nudos para poder volver a enlazarlos.
Un beso

@Igna-Nachodenoche dijo...

Nudos de amor, merecen la pena desatarse cuando el corazón lo pide, y el alma lo siente.
Precioso.

Bs.

JOSH NOJERROT dijo...

Vaya...es precioso almibarar los sentidos hasta limites que atestiguan lo grande del amor, que mejor que unos cuantos nudos para no desatarlos nunca,cumplir con ello es un autentico privilegio...

abrazzzusss

Xabo Martínez dijo...

ufff. Que ganas de amanecer asi.

Un abrazo.

Mery dijo...

Creo que no debe haber nada que se iguale a hacer y deshacer nudos con pasión y deseo.
La poeta asturiana ha estado muy aguda.